No saben cuan difíciles son los cambios.
Hace poco ( unos dos meses atrás) me casé, y no saben lo difícil que fue toda la transición y el proceso de todo este cambio.
De por sí, siempre fui muy familiera y muy dependiente de ellos, como toda joven que vive con sus padres, por lo que Dios tuvo que hacer un gran trabajo conmigo, creo que fue a mitad de este año que empezó a tratar conmigo.
Aun no me hacia a la idea de que tenía que dejar mi casa en la que viví 23 años de mi vida, en la que tenía y sigo teniendo todo tipos de recuerdos, mi habitación, mi cómoda cama, mis muebles, mi espacio, para mudarme a un departamento totalmente desconocido para mi y lleno de desafíos.
¿Se imaginan mis miedos? Era una locura todo lo que estaba pasando en mi vida.
Los cambios traen miedos. No es ninguna novedad lo que estoy diciendo, ya lo sé. Pero esos miedos son los que te impulsan a seguir y desafiarte o a pegar media vuelta y volver donde estabas, tu lugar de comodidad, lo seguro.
Hay una historia en la biblia En la que Dios manda a Abram a que haga un enorme cambio en su vida y quiero compartirlo con ustedes.
En Génesis 12:1 dice: Un día el señor le dijo a Abram: "Deja tu tierra, tus parientes, y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar." (DHH)
En la biblia no menciona las emociones de Abram en ese momento, pero me imagino lo duro que debe haber sido el dejar su tierra, su lugar de comodidad, donde a él no le faltaba nada, dejar sus parientes atrás y dejar la casa donde siempre vivió para ir detrás de una promesa y a un lugar que él desconocía por completo.
Pero Abram decidió confiar en Dios e ir hacia esa tan preciada promesa.
Los cambios son necesarios en nuestra vida, ya que nos ayudan a crecer en carácter, en actitud, como persona. Los cambios que nos desafían a ir más allá de lo pensado, dan miedo. Pero imagínense a Abram si no hubiese tomado el riesgo de ir a donde Dios lo estaba mandado, a él le hubiese tomado muchísimo tiempo ser el "Padre de la fe" y capaz tampoco habría podido ver su promesa cumplida porque no estaba lo suficientemente preparado.
Es bastante complicado todo este proceso cuando el ser humano es un ser de suma comodidad, de vivir seguro y no al borde del desafío todo el tiempo.
Pero quiero decirles algo, nada se compara al ver como Dios cumple su promesa en tu vida cada día y saber que no te va dejar solo/a, que va a caminar contigo cada paso que des guiándote en todo momento. Cuando entendemos eso, ya no hay más miedos sino que hay paz, y es cuando Dios también te confirma que vas recorriendo el camino correcto.
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